EL CEMENTERIO DE LOS ARBOLES DE LA M-30

“El mayor cementerio de árboles de la ciudad de Madrid está en Moratalaz”. Así de rotundos se muestran Los Verdes al hablar del parque forestal, emplazado entre Fuente Carrantona, el eje de O’Donnell y Ciudad Encantada, lugar ideado por el Ayuntamiento para trasplantar la mayor parte de los árboles afectados por las obras de reforma de la M-30.

Tras una reciente visita a este emplazamiento, el grupo ecologista ha denunciado que “más del 95% de los cerca de 4.000 transplantados pueden morir en los próximos meses”, asegura a esta publicación su portavoz, Bruno Estrada.

Las causas de este posible suceso estarían, según esta formación, en la escasez de personal, –“sólo hay dos técnicos de mantenimiento contratados por el Área de Medio Ambiente del Ayuntamiento, para una extensión de 22 hectáreas”–; lo inadecuado de los terrenos –“un suelo con acumulación de restos de material de obras”–, y la falta de riego, –”las bocas están sólo en una pequeña parte del parque, con muy poca presión, y muchos árboles se riegan con cubas, o directamente no se riegan”–. Condiciones que, junto con la falta de un mantenimiento adecuado por parte de las empresas concesionarias, responsables de esta tarea, están haciendo, según Estrada, que muchos ejemplares ya se hayan secado. “Los empleados municipales ya llaman al parque el cementerio de árboles”.

Criterios técnicos
Por su parte, el director general de Patrimonio Verde del consistorio, Federico Sepúlveda, considera que las afirmaciones de Los Verdes demuestran un gran “desconocimiento técnico”.

Sepúlveda reconoce que “siempre que se realiza un trasplante hay un porcentaje de pérdidas”, pero en el caso concreto del parque forestal de Moratalaz asegura que, “a fecha de hoy, el porcentaje de supervivencia es del 80%”, si bien no será hasta la próxima primavera cuando veamos el resultado final de esta actuación. “Éste es un proceso largo. El trasplante no es de un día para otro. Se trata de árboles que tienen que pasar un proceso de aclimatación, pero no hay expectativas malas”, afirma.

Por eso, desde la dirección general de Patrimonio Verde anuncian que “seguirán trabajando” en la conservación de estas especies. Tarea que, apuntan, se hace “con el personal que hay ahí que es el que tiene que haber”.

La zona donde estará el futuro parque lineal del PAU –en la imagen– podría verse afectado por la ampliación de la M-45.

FUENTE: gacetaslocales.com