¡ QUEREMOS VIDA Y NO MUERTE !

¡ QUEREMOS VIDA Y NO MUERTE !

    Los seres humanos hoy nos encontramos ante una peligrosa situación, 

    similar a la que padece una rana a la que están hirviendo en una cazuela

    pero que es incapaz de saltar fuera

    porque no consigue percibir el cambio de la temperatura del agua.

    El olvido de nuestra frágil condición física y biológica

    nos ha llevado a desconectarnos del mundo viviente,

    y a desconocer el valor absoluto de lo sagrado de la vida

    al estar dominados por erróneas y faústicas percepciones y creencias

    sobre las capacidades y la libertad de los seres humanos, de sus instituciones y culturas.

    El modelo y las pautas de valor de la buena vida

    que están orientadas hacia el consumismo, el crecimiento, o el "nivel de vida",

    y que imperan en los países ricos del Norte industrializado,

    no se puede extender al resto del mundo, 

    porque la vida de Gaia,

    nuestra común y única casa terrestre, moriría irremediablemente.

    La actual crisis ecológica es realmente una crisis civilizatoria terminal,

    porque toda la humanidad en su conjunto está amenazada 

    y porque no hay posibles salidas de urgencia individuales.

    Tiene su origen más profundo en unas equivocadas ideas y valores

    que consideran que los seres humanos no forman parte de la democracia de la vida natural,

    y que por ello pueden elaborar las creencias y los delirios fantasiosos

    de creerse superiores y separados, por encima de la naturaleza.