El Partido Nacional Escocés (SNP) está abocado a formar un Gobierno de minoría con apoyo de los Verdes, después de que los liberales demócratas rechazaran aliarse con esa formación por su carácter independentista y su pretensión de someter a referéndum en 2010 la salida de Escocia del Reino Unido. Los liberales tampoco quieren reeditar su coalición con los laboristas.
Los nacionalistas, que obtuvieron 47 de los 129 escaños -uno más que los laboristas- en las elecciones del jueves pasado, han mantenido conversaciones con los Verdes, que sólo lograron, sin embargo, dos escaños y quedaron muy por debajo de sus expectativas.
Los Verdes planean respaldar al líder del SNP, Álex Salmond, en su aspiración de convertirse en nuevo ministro principal de Escocia, apoyar su primer presupuesto y luego algunas medidas puntuales, sin llegar a entrar en un Gobierno de coalición, que quedaría lejos de la mayoría, de 65 escaños.
Los ecologistas tienen en común con los nacionalistas la oposición a las centrales nucleares y a la base de submarinos Trident, sistema estratégico que el Gobierno de Blair se ha comprometido a modernizar en contra de buena parte de la opinión pública.
Mientras, en Gales, los laboristas que siguen siendo la minoría mayoritaria, debaten si renovar su alianza con los liberales o establecer otra con los nacionalistas.
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