MADRID, CEMENTERIO NUCLEAR
Simulacro de emergencia nuclear, el próximo viernes 23 de marzo, a las 19 horas, en la puerta de las instalaciones del CIEMAT (Avenida Complutense número 22).
Hay otro Chernóbil bajo el suelo de Madrid. Toneladas de residuos radiactivos altamente cancerígenos se encuentran enterradas bajo nuestros pies, sin haber sido sometidos a ningún proceso de descontaminación eficaz. Un plan estatal prevé desenterrar esta amenaza para su traslado a El Cabril (Córdoba), a pesar del peligro que para nuestra salud supone el contacto de estas sustancias con el aire. Casi nadie conoce esta macabra realidad. Las autoridades miran hacia otro lado y los que se atreven a protestar son silenciados o apartados. Tienes 2 opciones: cruzar los dedos o ACUDIR AL SIMULACRO DE EMERGENCIA NUCLEAR QUE EL CCAPIMIC REALIZARÁ EL PRÓXIMO VIERNES, 23 DE MARZO, A LAS 19 HORAS, EN LAS PUERTAS DE LAS INSTALACIONES DEL CIEMAT (Avenida Complutense número 22).
El CCAPIMIC (Coordinadora de Colectivos de Afectados por el Plan de Mejora de las Instalaciones del CIEMAT) es una asociación de diferentes colectivos que han decidido no callar. Por eso ha organizado este simulacro, en el que representará de forma simbólica y festiva lo que pasaría si se produjera una emergencia por contaminación nuclear en Madrid.
En 1951 Franco creó la Junta de Energía Nuclear en la zona norte de la Ciudad Universitaria de Madrid. El objetivo de esta entidad, hoy llamada Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT) era el desarrollo de la energía nuclear en España. En estas instalaciones se experimentaba frecuentemente con combustibles irradiados y materiales radiactivos y se estaba construyendo la bomba atómica. En 1970, un fallo en los sistemas de seguridad provocó un vertido de estos materiales en el alcantarillado de Madrid, registrándose niveles de radiación miles de veces superiores a los permitidos desde aquí hasta Lisboa. Nunca se ha hecho ninguna descontaminación rigurosa. Con esta agua se regó la huerta del Jarama, y los que entonces comieron sus lechugas y tomates tal vez hoy se estén preguntando por qué tienen cáncer. Posteriormente el CIEMAT ha seguido realizando estos vertidos, supuestamente de forma controlada y legal, datándose el último, según el propio director, en 2003, (aunque según Greenpeace hubo otro en 2004).
A raíz del accidente de 1970, se paralizó el proyecto de construcción de la bomba atómica. Es el inicio de la cuesta abajo del CIEMAT. Desde 1984 a 1990, se fue dejando de producir el combustible de uranio. Las instalaciones comienzan entonces a ser desmanteladas y enterradas bajo el suelo. Finalmente, en esta última legislatura, el gobierno aprueba el llamado PIMIC (Plan Integrado de Mejora de las Instalaciones del CIEMAT). Las obras de descontaminación radiactiva previstas en este plan generarán 6.000 metros cúbicos de residuos de media y baja actividad y 15.000 Kg de residuos de alta actividad. Pero lo más grave no es esto, sino lo que se va a hacer con el cementerio nuclear que descansa bajo el CIEMAT: el PIMIC prevé meter las excavadoras y remover la tierra para desenterrar toneladas de estos residuos, muchos de ellos altamente cancerígenos. Esto puede tener consecuencias siniestras. Un poco de viento podría esparcir por el aire estas sustancias letales para nuestra vida.
Todo esto no está pasando en un país tercermundista, ni siquiera en una pequeña aldea de una zona abandonada a la mano de dios. No, todo esto está pasando aquí mismo, en la capital de España, y bajo tus pies. ¿EN CUÁNTO VALORAS TU VIDA?
¡VEN AL SIMULACRO, ESTA VEZ ES POR NOSOTROS!
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