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LOS VERDES DE COLLADO VILLALBA "EQUO COLLADO VILLALBA"

JONAN FERNÁNDEZ | COORDINADOR GENERAL DE ELKARRI

JONAN FERNÁNDEZ | COORDINADOR GENERAL DE ELKARRI
«Elkarri ha logrado su misión después de trece años, ahora debe renovarse »
Jonan Fernández ve una «oportunidad histórica» para la paz pero vaticina «muchas dificultades» si ETA no asume un diálogo político libre de hipotecas
Elkarri celebra el próximo día 19 una asamblea general para decidir su futuro sobre cuatro propuestas. Ahora que la expectativa de un proceso de paz parece encender algunas luces en el horizonte, el movimiento que lidera Jonan Fernández estudia trece años después de su nacimiento apartarse del sprint de la foto final y renovar su organización, incluso con un cambio de nombre.

- ¿Cuáles son esas propuestas?

- Elkarri detecta que la sociedad ha cambiado, que la situación política ha cambiado, que nos hallamos ante las puertas de un proceso de paz y que nuestra misión, tal y como estaba planteada en sus inicios, está cumplida. En este contexto Elkarri debate su futuro con cuatro alternativas: continuar como hasta ahora, continuar con reformas pero seguir siendo Elkarri, transformarnos en otra iniciativa social y, en cuarto lugar, disolvernos. El día 19 votaremos esas alternativas que están concentradas entre la reforma y la transformación.

- ¿Plantean de verdad la disolución?

- Hemos diseñado el debate de tal manera que intelectualmente está abierto a cualquier posibilidad, pero realmente nadie defiende que Elkarri continúe igual ni nadie defiende que se disuelva. El debate está entre quienes quieren que el movimiento se reforme organizativamente y en su funcionamiento, o dé por concluido su ciclo y, aprovechando sus puntos fuertes, cree una iniciativa social renovada con un nuevo nombre y un nuevo proyecto adaptado a la nueva situación.

- ¿Siente que las tesis de Elkarri han acabado ganando?

- No nos gusta hablar de ganar y de perder pero nuestras tesis en este momento están en juego. Han sido trece años nadando contra corriente y creo que Elkarri ha cumplido su misión. Ahora nos toca, quizá, salir del sprint final. Cuando nacimos dijimos que nuestro propósito era hacer que una opinión social mayoritaria pero latente a favor del diálogo y de la no violencia se convirtiese en una opinión social determinante. Hoy el diálogo y la no violencia son opiniones sociales determinantes. Nuestra propuesta de no violencia, diálogo, acuerdo y consulta social ha sido asumida por los partidos y la sociedad. Y, además, hemos hecho bandera de la mesa de partidos. Nosotros denunciamos el empate infinito, fue una idea que tuvo un impacto. Hablamos del ’tercer espacio’ como una idea que reordenaba completamente el escenario de la defensa de la paz y hemos defendido conceptos como la capacidad de decidir y la obligación de pactar, que plantean un punto de encuentro nuevo en la política para buscar la paz y la normalización. Así que estamos muy contentos. Pero eso de ganar es muy poco ’elkarriano’, preferimos buscar el ’todos ganan’.

- ¿Contempla como hipótesis que Elkarri se convierta algún día en la fuerza política del ’tercer espacio’?

- No. Una determinación clarísima es que Elkarri nace como iniciativa social y morirá como una iniciativa social. No tenemos ninguna duda sobre eso.

- ¿Qué papel puede tener Elkarri si se pone en marcha un proceso de paz?

- Se puede considerar que la defensa del diálogo y la no violencia son etapas cubiertas, no están garantizadas, pero son reivindicaciones conquistadas. En este momento quedan tres áreas de trabajo importantes. Por una parte, todo lo que tiene que ver con el acuerdo y el pluralismo. Por otra, lo que tiene que ver con la participación de la sociedad y la consulta. En tercer lugar, está todo lo que tiene que ver con la reconciliación. Hay tres campos que definen una nueva misión.

En el umbral

- Decía el otro día Patxi López que estamos en el umbral de la paz. ¿Comparte este optimismo?

- En lo fundamental sí, creo que estamos a las puertas de un proceso de no violencia, diálogo, acuerdo y consulta social con muchos focos de complejidad. Tenemos una oportunidad como la que no hemos tenido en décadas, que probablemente va a encauzar un proceso de paz, pero con poderosas dificultades. Añadiría al planteamiento de Patxi López el factor de la máxima complejidad.

- ¿Qué escollos ve en este horizonte?

- Tres grandes focos de dificultad. Uno para establecer el orden de factores. ¿Qué es antes, el cese de la violencia o el diálogo político? El segundo, asumir y asimilar la autenticidad de un cese de la violencia; y el tercero, hacer que todas las partes estén sentadas en la mesa.

- En Irlanda del Norte, después de décadas de violencia, fue posible vencer obstáculos en principio mayores

-Es más sencillo aquí que en Irlanda del Norte, donde hay una sociedad más desestructurada y más enfrentada. Pero que aquí sea más fácil y que la sociedad esté más acomodada hace que quizá también sea percibido como menos urgente y apremiante.

-¿Pero no ve que es irreversible?

-Creo que la situación es irreversible, aunque tal vez esta oportunidad de paz se pueda malograr. El conflicto, tal como lo estamos viviendo, es un conflicto del siglo XX. Estamos en el siglo XXI y, si no aprovechamos esta oportunidad, no vamos a volver al siglo XX. Seguiremos en el XXI y la ola de ese gran cambio social va a pasar por encima del conflicto.

- ¿Cree que ETA tiene asumida la idea de dejar la violencia?

- No lo sé, pero creo que en este momento la violencia como estrategia no tiene otra alternativa para el futuro que su cese. Ésa es la realidad. Cualquier observador puede ver que hemos cambiado de siglo, de milenio, la sociedad y la situacion política han cambiado El cambio es total y en ese contexto la violencia es un anacronismo fuera del tiempo y de la realidad. No hay otra alternativa más que el fin de la violencia. Pero todo dependerá del análisis de ETA. A mí me preocupa que ETA se equivoque al analizar la situación actual como si fuera especulativa: yo doy dos si me dan tres, luego cedo dos, etc... La situación no está para ese tipo de movimientos, sino para iniciativas políticas importantes, para abrir procesos políticos y no tanto para especular de manera cicatera con el final de la violencia.

- La última resolución del Congreso que apuesta por un final dialogado rechaza que se pague por ello un precio político. ¿Considera que hay que pagar un precio político para la paz?

- Depende de cuál sea el precio. Más que buscar un precio a la paz hay que buscarle un camino, y el camino hay que abrirlo y recorrerlo. Nos parece mejor fijar esa idea del camino que la del precio. Si el precio es democrático, dentro del marco democrático, ¿por qué no se va a poder pagarlo por la paz?

- Es que ETA ha condicionado siempre el cese del terrorismo a que se asuman sus tesis tradicionales sobre derecho de autodeterminación y territorialidad

- Según la tesis de Anoeta, esto estaría de alguna manera desfasado. Insisto, estamos en el siglo XXI, con un contexto totalmente cambiado, que no aceptaría una tutoría del proceso por parte de ETA en términos políticos. Corresponde a la sociedad y a los partidos políticos definir lo que debe hacerse y lo que no debe hacerse. Lo que puede plantearse es que la solución tiene que ser la negociación pero que sólo se acepte dónde uno quiere que termine. La negociación es negociación y abre un proceso que se sabe bien dónde empieza pero no dónde acaba. El proceso político debe estar libre de hipotecas, amenaza y de presiones.

- Elkarri está promoviendo la denominada ’Mesa de Egino’. ¿Qué conclusiones ha obtenido?

- En esa mesa ha habido representantes del PNV, EA, Aralar y de los socialistas del PSE, del PSN, de IU y del CDN, y una persona a título individual del PP. Nuestra idea era que un diálogo entre partidos políticos necesitaba un clima de confianza para debatir que diese una cierta seguridad a todos en el diálogo para delimitar conceptos y espacios teóricos en los que cada parte encontrara respuesta satisfactoria a sus preocupaciones y a sus intereses. Creo que eso se ha conseguido. Es un trabajo muy importante. Es una pena que Batasuna sólo viniera a una primera reunión y luego dejase de participar o que el PP no haya participado directamente.

- Pero si no está ni el PP ni la izquierda abertzale queda cojo el trabajo

- Claro, el día en el que sepamos que hay un mediador aceptado por todos o que todos se sientan en torno a una mesa, la solución estará a la vuelta de la esquina.

Escenografía y método

- La izquierda abertzale no confía en ustedes

- No hay ningún problema en reconocerlo abiertamente, hay recelos en los dos extremos y hay que aceptarlo. El problema no es que Elkarri no consiga ganar esa confianza en Batasuna o en el PP, sino que en este momento hay problemas para encontrar interna y externamente a alguien que inspire confianza a todas las partes. No es difícil hallar formulas de consenso, es más difícil ganar la confianza y acertar en una escenografía y en una simbología que todo el mundo acepte.

- ¿Ve factible que en esa mesa política terminen sentándose el PP y la izquierda abertzale en esta legislatura?

- Si la perspectiva de la paz y del fin de la violencia se observa como irreversible, creo que sí.

- ¿El PP también?

- Sí. Mi tesis es que el acontecimiento de la paz en Euskadi es tan importante y tan trascendente históricamente que el PP no puede quedarse fuera de ese momento y, aunque sólo sea la víspera, se va a incorporar a esa fotografía o a ese escenario. Quizá lo haga en el ultimo instante, pero es tan ansiada la paz en esta sociedad que un partido que quiera ser importante en el futuro de este país no puede estar fuera de esta foto.

«Necesito la paz para que nuestros mayores la vean»


- «Derecho de decisión y obligación de pacto» es una de las ideas manejadas por Elkarri que al final se ha incorporado en el último documento del PNV como elemento central. ¿Qué le parece?

- Veo positivamente la incorporación de esta idea, que también está asimilada por el Partido Socialista y por otros. Representa un punto de encuentro, una síntesis en la que la solución es factible. No vamos a entrar a analizar al detalle unos y otros documentos porque forma parte de la legitimidad de cada partido. Pero nos parecen positivas la declaración de Batasuna de Anoeta, la propuesta del PNV, la del último congreso del PSE y los avances de otros partidos.

- Sin embargo, junto a esta lectura optimista convive su inquietud porque la «situación está estancada». ¿Cómo explica esta paradoja?

- El proceso de paz tiene dos indicadores. Uno es todo lo que tiene que ver con la no violencia y los derechos humanos, y otro el diálogo. Si en el diálogo se avanza, el proceso va bien. Si en el respeto a los derechos humanos y a la no violencia se avanza, el proceso de paz avanza. Estamos en una situación de estancamiento. Todo el mundo habla del diálogo y de la mesa de partidos, pero no se termina de formalizar el diálogo; no hay atentados mortales, pero hay vulneración de derechos humanos. Todo lo que tiene que ver con atentados y amenazas por parte de ETA, con recortes de derechos y libertades, con la kale borroka, con la política penitenciaria o con los casos de tortura, es revelador de este estancamiento. Todo lo que se haga en cada uno de esos frentes y en el reconocimiento de las víctimas tiene un valor altísimo.

- En una de sus últimas campañas, Elkarri ha preguntado a muchos vascos por qué necesitan la paz. ¿Por qué necesita Jonan Fernández la paz?

- En lo fundamental, por un principio de ética. A mí siempre me ha parecido muy importante luchar por la paz, por los hijos sí, pero sobre todo por los mayores. Me emociona mucho pensar que hay una generación que está por encima de los 80 años y que todavía no ha conocido la paz.

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