GENOCIDIO MEDIOAMBIENTAL EN VILLALBA PUEBLO
Las excavadoras han destruido lo que hasta no hace mucho eran hermosos jardines y bosques urbanos
Las máquinas excavadoras han entrado a saco en Villalba-Pueblo y más concretamente en el triángulo comprendido entre las calles Fuente del Álamo, Mayordomos, Espinarejo y Cacera de la Villa y han dejado la zona como un erial. Decenas de árboles, algunos de ellos centenarios, han sido víctimas propiciatorias del afán depredador de la especulación urbanística que viene padeciendo nuestro municipio en las últimas décadas, donde los precios por metro cuadrado de vivienda construida superan con creces los 3.500 euros.
El melón de la tala indiscriminada de árboles en el casco antiguo para facilitar la construcción de edificios y chalés se empezó a abrir con las actuaciones urbanísticas en las proximidades de la calle Doctor José María Poveda, donde varias fincas pobladas de hermosos jardines y árboles con un grosor superior al medio metro de diámetro, fueron desapareciendo para mostrarnos ahora un paisaje feo y desolador generado por el hacinamiento de varios bloques de pisos. También en el paraje de La Huerta (frente al cementerio municipal), las máquinas se abrieron paso sin contemplaciones, destruyendo varias especies arbóreas a cambio de una módica sanción económica.
Enfrentamiento
La indiscriminada concesión de licencias de construcción por parte de la Concejalía de Urbanismo es algo que no pasa desapercibido entre los ciudadanos. “Les da lo mismo cargarse los árboles y los jardines con tal de recaudar dinero para poder paliar los millonarios gastos del presupuesto municipal”, nos decía un jubilado de Villalba-Pueblo mientras miraba con cierta nostalgia la finca situada frente al Consultorio médico en la que, salvo las arizónicas, el resto del arbolado había desaparecido de la noche a la mañana.
¿Y a todo esto qué dice la Concejalía de Medio Ambiente? Según ha podido saber EL UNIVERSO de Madrid, la responsable de este área, Joanna Bielicka, en los últimos meses ha tenido varios enfrentamientos con el titular de Urbanismo, José Antonio Gómez Sierra, en los que ha mostrado su disconformidad por el hecho de no ser consultado su departamento a la hora de autorizar las licencias que estén afectadas por la normativa de Medio Ambiente, y uno de estos enfrentamientos, según las fuentes consultadas por este periódico, tiene que ver con la tala de árboles en las fincas ubicadas entre las calles Fuente del Álamo y Espinarejo, un pulmón natural para los vecinos de Villalba-Pueblo donde pernoctaban distintas especies de pájaros y numerosas ardillas.
Plan Especial
Sorprende que todo esto ocurra en el casco antiguo al estar regulado por un Plan Especial, aprobado posteriormente al Plan General de Ordenación Urbana, donde además del catálogo de edificios protegidos, se regula la conservación de las masas arbóreas -concretamente prohíbe la tala de árboles con más de 10 centímetros de diámetro- y se establece una línea arquitectónica en la construcción donde el enfoscado de fachadas se antepone al ladrillo cara vista, e incluso se detallan los colores de las mismas, normativa que según algunos vecinos no se cumple en muchos casos. “Es café solo para unos y café con leche para otros, porque en Urbanismo utilizan distintas varas de medir según quién sea el promotor”, nos decía un ex concejal villalbino. Al margen de las interpretaciones, lo cierto es que el término municipal villalbino es el más pequeño de nuestra comarca, de ahí el incremento desproporcionado del precio del terreno, un precio que lógicamente incide en el valor de los inmuebles. Dado que la zona de la Estación apenas dispone de oferta de terrenos para cubrir la gran demanda existente, los promotores han apostado por Villalba-Pueblo, donde aún se pueden adquirir viejas fincas, eso sí, a precio de oro. Pero que la mayoría de ellas, recogidas en el PGOU como aptas para la construcción en bloques o de viviendas unifamiliares, cuentan con árboles centenarios que deben preservarse, ya que su tala no puede justificarse ni con sanciones económicas ni compensarse con la plantación de otras especies.
FUENTE:EL UNIVERSO DIGITAL
Las máquinas excavadoras han entrado a saco en Villalba-Pueblo y más concretamente en el triángulo comprendido entre las calles Fuente del Álamo, Mayordomos, Espinarejo y Cacera de la Villa y han dejado la zona como un erial. Decenas de árboles, algunos de ellos centenarios, han sido víctimas propiciatorias del afán depredador de la especulación urbanística que viene padeciendo nuestro municipio en las últimas décadas, donde los precios por metro cuadrado de vivienda construida superan con creces los 3.500 euros.
El melón de la tala indiscriminada de árboles en el casco antiguo para facilitar la construcción de edificios y chalés se empezó a abrir con las actuaciones urbanísticas en las proximidades de la calle Doctor José María Poveda, donde varias fincas pobladas de hermosos jardines y árboles con un grosor superior al medio metro de diámetro, fueron desapareciendo para mostrarnos ahora un paisaje feo y desolador generado por el hacinamiento de varios bloques de pisos. También en el paraje de La Huerta (frente al cementerio municipal), las máquinas se abrieron paso sin contemplaciones, destruyendo varias especies arbóreas a cambio de una módica sanción económica.
Enfrentamiento
La indiscriminada concesión de licencias de construcción por parte de la Concejalía de Urbanismo es algo que no pasa desapercibido entre los ciudadanos. “Les da lo mismo cargarse los árboles y los jardines con tal de recaudar dinero para poder paliar los millonarios gastos del presupuesto municipal”, nos decía un jubilado de Villalba-Pueblo mientras miraba con cierta nostalgia la finca situada frente al Consultorio médico en la que, salvo las arizónicas, el resto del arbolado había desaparecido de la noche a la mañana.
¿Y a todo esto qué dice la Concejalía de Medio Ambiente? Según ha podido saber EL UNIVERSO de Madrid, la responsable de este área, Joanna Bielicka, en los últimos meses ha tenido varios enfrentamientos con el titular de Urbanismo, José Antonio Gómez Sierra, en los que ha mostrado su disconformidad por el hecho de no ser consultado su departamento a la hora de autorizar las licencias que estén afectadas por la normativa de Medio Ambiente, y uno de estos enfrentamientos, según las fuentes consultadas por este periódico, tiene que ver con la tala de árboles en las fincas ubicadas entre las calles Fuente del Álamo y Espinarejo, un pulmón natural para los vecinos de Villalba-Pueblo donde pernoctaban distintas especies de pájaros y numerosas ardillas.
Plan Especial
Sorprende que todo esto ocurra en el casco antiguo al estar regulado por un Plan Especial, aprobado posteriormente al Plan General de Ordenación Urbana, donde además del catálogo de edificios protegidos, se regula la conservación de las masas arbóreas -concretamente prohíbe la tala de árboles con más de 10 centímetros de diámetro- y se establece una línea arquitectónica en la construcción donde el enfoscado de fachadas se antepone al ladrillo cara vista, e incluso se detallan los colores de las mismas, normativa que según algunos vecinos no se cumple en muchos casos. “Es café solo para unos y café con leche para otros, porque en Urbanismo utilizan distintas varas de medir según quién sea el promotor”, nos decía un ex concejal villalbino. Al margen de las interpretaciones, lo cierto es que el término municipal villalbino es el más pequeño de nuestra comarca, de ahí el incremento desproporcionado del precio del terreno, un precio que lógicamente incide en el valor de los inmuebles. Dado que la zona de la Estación apenas dispone de oferta de terrenos para cubrir la gran demanda existente, los promotores han apostado por Villalba-Pueblo, donde aún se pueden adquirir viejas fincas, eso sí, a precio de oro. Pero que la mayoría de ellas, recogidas en el PGOU como aptas para la construcción en bloques o de viviendas unifamiliares, cuentan con árboles centenarios que deben preservarse, ya que su tala no puede justificarse ni con sanciones económicas ni compensarse con la plantación de otras especies.
FUENTE:EL UNIVERSO DIGITAL
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