LA IZQUIERDA REACCIONARIA U OTRA MORALEJA ES POSIBLE
El resultado del referéndum constitucional en el barrio residencial de lujo de “La moraleja” con más de un 35 % de votos No , se ha convertido en un símbolo y en un síntoma del delirio de una izquierda que saca pecho unos votos negativos, que según esta misma izquierda se han depositado “contra la Europa del capital”, pero que los han introducido en las urnas aquellos a los que no parece que les preocupe mucho la “Europa del Capital” si no más bien los capitales de Europa.
Distritos electorales como los del barrio de Salamanca en Madrid, el de Los Remedios en Sevilla o el barrio de Sarria en Barcelona han sido lugares donde el No ha alcanzado su mayores cotas. Por el contrario, es en los barrios populares donde el Si ha ganado por amplísima mayoría. ¿Como explicar el despiste de esta izquierda que tanto agrada a la derecha?
Sostengo en este artículo que este “despiste” no es ningún error táctico sino que es un exponente de la existencia de conductas e ideas reaccionarias en el seno de determinada izquierda.. ¿Puede existir una izquierda reaccionaria? Si aceptamos una definición estática (esencialista ) y basada en objetivos sociales y políticos, la respuesta a la anterior pregunta es positiva. Si adoptamos una definición dinámica (contingente) y relativista, la izquierda no puede ser reaccionaria pues entonces no estaría en la posición de la izquierda. La izquierda reaccionaria asume como propia la definición estática y ahí reside parte de su carácter reaccionario Pero estamos hablando mucho de reacción sin habernos puesto de acuerdo en que significa “ser un reaccionario política”: una posición de oposición al cambio social. ¿A cualquier tipo de cambio? No, sólo a aquellos cambios sociales orientados hacia la igualdad, la libertad y la felicidad social.
La izquierda reaccionaria es aquella que no entiende la naturaleza relativista y contingente de la izquierda. La incomprensión de la articulación siempre mediada y gradualista entre los principios y objetivos y la acción política. La izquierda reaccionaria española, nucleada entorno a IU, ha desembocado en una extraño “dogmatismo sin dogmas” que devine necesariamente en una práctica política negativista y finalmente oportunista. Puesto que ya no pose dogmas alternativos a la realidad se dedica a negarla con especial virulencia cuando se trata de ideas propuestas que se creen antagónicas a los viejos dogmas ya olvidados. Este es el caso de los derechos individuales (opuestos a los derechos colectivos), el mercado ( opuesto al Estado burocrático), el Estado de Derecho ( opuesto al Estado de clase), la democracia representativa ( opuesta a una supuesta democracia directa), las reformas graduales ( opuestas a los cambios revolucionarios), la complejidad de lo real ( opuesta la simplismo de los dogmas). La diferencia con etapas anteriores es que ahora ya solo aparece la negatividad sin alternativa alguna.
Este nuevo “dogmatismo sin dogmas” tiene su fantasma : el neoliberalismo. Frente al “pensamiento único neoliberal” ,la izquierda reaccionaria no opone el pluralismo de las ideas, la diversidad de la vida social y natural sino la negatividad nihilista de la jeremiada continua. Frente al “pensamiento único” no propone el “pensamiento de la nada “ (como los viejos nihilistas anarquistas) sino nada de pensamiento. El mito de un neoliberalismo omnipotente que emerge detrás de todo y que controla y rodea el mundo y del que sólo se excluye una pequeña isla habitada pr IU y algún foro social se ha convertido en la excusa que exime a la izquierda reaccionaria del esfuerzo de pensar y del arrojo de proponer y crear.
Todo esto explica la posición negativa ante el tratado constitucional europeo y las razones delirantes argumentadas contra el mismo. El proyecto Europeo levanta ronchas ideológicas en la endurecida piel de los reaccionarios de todo tipo y comporta una inmersión en una realidad política avanzada más allá de los dogmas; un ejemplo preclaro de pragmatismo radical. El proyecto europeo es hoy por hoy la izquierda mundial, la izquierda global, la izquierda real que se opone al neoliberalismo real. Cuando la izquierda se pine al Europa acaba ganando las elecciones en la Moraleja.
FUENTE: Francisco Garrido Portavoz de Los Verdes y Diputado en el Congreso
Distritos electorales como los del barrio de Salamanca en Madrid, el de Los Remedios en Sevilla o el barrio de Sarria en Barcelona han sido lugares donde el No ha alcanzado su mayores cotas. Por el contrario, es en los barrios populares donde el Si ha ganado por amplísima mayoría. ¿Como explicar el despiste de esta izquierda que tanto agrada a la derecha?
Sostengo en este artículo que este “despiste” no es ningún error táctico sino que es un exponente de la existencia de conductas e ideas reaccionarias en el seno de determinada izquierda.. ¿Puede existir una izquierda reaccionaria? Si aceptamos una definición estática (esencialista ) y basada en objetivos sociales y políticos, la respuesta a la anterior pregunta es positiva. Si adoptamos una definición dinámica (contingente) y relativista, la izquierda no puede ser reaccionaria pues entonces no estaría en la posición de la izquierda. La izquierda reaccionaria asume como propia la definición estática y ahí reside parte de su carácter reaccionario Pero estamos hablando mucho de reacción sin habernos puesto de acuerdo en que significa “ser un reaccionario política”: una posición de oposición al cambio social. ¿A cualquier tipo de cambio? No, sólo a aquellos cambios sociales orientados hacia la igualdad, la libertad y la felicidad social.
La izquierda reaccionaria es aquella que no entiende la naturaleza relativista y contingente de la izquierda. La incomprensión de la articulación siempre mediada y gradualista entre los principios y objetivos y la acción política. La izquierda reaccionaria española, nucleada entorno a IU, ha desembocado en una extraño “dogmatismo sin dogmas” que devine necesariamente en una práctica política negativista y finalmente oportunista. Puesto que ya no pose dogmas alternativos a la realidad se dedica a negarla con especial virulencia cuando se trata de ideas propuestas que se creen antagónicas a los viejos dogmas ya olvidados. Este es el caso de los derechos individuales (opuestos a los derechos colectivos), el mercado ( opuesto al Estado burocrático), el Estado de Derecho ( opuesto al Estado de clase), la democracia representativa ( opuesta a una supuesta democracia directa), las reformas graduales ( opuestas a los cambios revolucionarios), la complejidad de lo real ( opuesta la simplismo de los dogmas). La diferencia con etapas anteriores es que ahora ya solo aparece la negatividad sin alternativa alguna.
Este nuevo “dogmatismo sin dogmas” tiene su fantasma : el neoliberalismo. Frente al “pensamiento único neoliberal” ,la izquierda reaccionaria no opone el pluralismo de las ideas, la diversidad de la vida social y natural sino la negatividad nihilista de la jeremiada continua. Frente al “pensamiento único” no propone el “pensamiento de la nada “ (como los viejos nihilistas anarquistas) sino nada de pensamiento. El mito de un neoliberalismo omnipotente que emerge detrás de todo y que controla y rodea el mundo y del que sólo se excluye una pequeña isla habitada pr IU y algún foro social se ha convertido en la excusa que exime a la izquierda reaccionaria del esfuerzo de pensar y del arrojo de proponer y crear.
Todo esto explica la posición negativa ante el tratado constitucional europeo y las razones delirantes argumentadas contra el mismo. El proyecto Europeo levanta ronchas ideológicas en la endurecida piel de los reaccionarios de todo tipo y comporta una inmersión en una realidad política avanzada más allá de los dogmas; un ejemplo preclaro de pragmatismo radical. El proyecto europeo es hoy por hoy la izquierda mundial, la izquierda global, la izquierda real que se opone al neoliberalismo real. Cuando la izquierda se pine al Europa acaba ganando las elecciones en la Moraleja.
FUENTE: Francisco Garrido Portavoz de Los Verdes y Diputado en el Congreso
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