UN COLORANTE LLAMADO SUDÁN I
Pánico en Reino Unido ante la retirada de 359 alimentos que contienen una sustancia cancerígena
LONDRES.- La retirada de 359 productos de los supermercados del Reino Unido por contener un colorante de probados efectos cancerígenos en ratas de laboratorio ha causado alarma entre la población británica. La sustancia, Sudán I, está prohibida en la Unión Europea desde 1995 y desde entonces no se ha detectado en ningún alimento en España, según fuentes de Sanidad.
De nada ha servido que las autoridades británicas hayan tratado de tranquilizar a los consumidores al señalar que los niveles del agente cancerígeno detectado no son suficientes como para presentar un riesgo para la salud. Está aún muy fresca en la memoria de los británicos, como de otros europeos, la crisis de las vacas locas como para relativizar el potencial peligro.
Alimentos frescos y enlatados, comidas preparadas para el consumo inmediato así como salsas han desaparecido rápidamente de los anaqueles de las principales cadenas de supermercados del Reino Uniodo como Marks and Spencer, Waitrose, Asda, Tesco o Sainsbury's.
La lista todavía provisional de los productos contaminados, que van desde lasagna hasta alas de pollo, pizzas, salchichas, chili con carne, e incluyen marcas tan conocidas como Heinz o Pot Noodle, de Unilever, además de una salsa utilizada en una de las ensaladas de McDonald's, se encuentra en la dirección de internet www.food.gov.uk.
Cinco toneladas importadas de La India
Todos esos productos llevan como aromatizante la salsa 'Crosse and Blackwell Worcester Sauce', en la que se utilizó el polvo de chili contaminado con la sustancia Sudan I. Se trata de un tinte rojo utilizado habitualmente como colorante en aceites, ceras, petróleo y en los productos para sacar brillo al calzado o a los suelos.
La alarma saltó el 28 de enero cuando una empresa italiana se puso en contacto con la británica Premier Foods, uno de los principales fabricantes de alimentos del Reino Unido, para informar a sus responsables de que una partida de la mencionada salsa estaba contaminada con ese colorante.
Premier Foods descubrió que el polvo de chili en cuestión era parte de una partida de cinco toneladas importada de la India en 2002 y que se había venido utilizando en varias marcas de la salsa Worcester.
La empresa aseguró, sin embargo, no haber importado directamente el condimento sino que lo hizo a través de una compañía llamada Unbar Rothon, de Essex, que le había dado seguridades de que el producto no estaba contaminado con Sudan I.
Silencio durante 11 días
Premier Foods alertó el pasado 7 de febrero a las autoridades sanitarias británicas, la Food Standards Agency, que retuvieron la información durante 11 días, lo que ha suscitado ya fuertes críticas por parte de la oposición conservadora.
El alto grado de industrialización y el carácter centralizado de la cadena alimentaria actual contribuye a la magnitud del problema, según señalan los expertos, ya que las principales de cadenas de supermercados dependen de un puñado de empresas para los ingredientes de sus alimentos procesados.
El uso de salsas con aditivos para darles color y gusto está generalizado, con lo que las comidas terminan sabiendo igual, y cuando una sustancia como el Sudan I se introduce en la cadena, la contaminación es generalizada.
Desde julio de 2003, todos los polvos de chile que entran en la Unión Europea tienen que demostrar que no llevan Sudan I, lo que indica que fallaron los controles británicos no sólo los oficiales sino también los de los propios fabricantes del Reino Unido ya que la voz de alarma partió de Italia.
FUENTE:AGENCIA EFE
LONDRES.- La retirada de 359 productos de los supermercados del Reino Unido por contener un colorante de probados efectos cancerígenos en ratas de laboratorio ha causado alarma entre la población británica. La sustancia, Sudán I, está prohibida en la Unión Europea desde 1995 y desde entonces no se ha detectado en ningún alimento en España, según fuentes de Sanidad.
De nada ha servido que las autoridades británicas hayan tratado de tranquilizar a los consumidores al señalar que los niveles del agente cancerígeno detectado no son suficientes como para presentar un riesgo para la salud. Está aún muy fresca en la memoria de los británicos, como de otros europeos, la crisis de las vacas locas como para relativizar el potencial peligro.
Alimentos frescos y enlatados, comidas preparadas para el consumo inmediato así como salsas han desaparecido rápidamente de los anaqueles de las principales cadenas de supermercados del Reino Uniodo como Marks and Spencer, Waitrose, Asda, Tesco o Sainsbury's.
La lista todavía provisional de los productos contaminados, que van desde lasagna hasta alas de pollo, pizzas, salchichas, chili con carne, e incluyen marcas tan conocidas como Heinz o Pot Noodle, de Unilever, además de una salsa utilizada en una de las ensaladas de McDonald's, se encuentra en la dirección de internet www.food.gov.uk.
Cinco toneladas importadas de La India
Todos esos productos llevan como aromatizante la salsa 'Crosse and Blackwell Worcester Sauce', en la que se utilizó el polvo de chili contaminado con la sustancia Sudan I. Se trata de un tinte rojo utilizado habitualmente como colorante en aceites, ceras, petróleo y en los productos para sacar brillo al calzado o a los suelos.
La alarma saltó el 28 de enero cuando una empresa italiana se puso en contacto con la británica Premier Foods, uno de los principales fabricantes de alimentos del Reino Unido, para informar a sus responsables de que una partida de la mencionada salsa estaba contaminada con ese colorante.
Premier Foods descubrió que el polvo de chili en cuestión era parte de una partida de cinco toneladas importada de la India en 2002 y que se había venido utilizando en varias marcas de la salsa Worcester.
La empresa aseguró, sin embargo, no haber importado directamente el condimento sino que lo hizo a través de una compañía llamada Unbar Rothon, de Essex, que le había dado seguridades de que el producto no estaba contaminado con Sudan I.
Silencio durante 11 días
Premier Foods alertó el pasado 7 de febrero a las autoridades sanitarias británicas, la Food Standards Agency, que retuvieron la información durante 11 días, lo que ha suscitado ya fuertes críticas por parte de la oposición conservadora.
El alto grado de industrialización y el carácter centralizado de la cadena alimentaria actual contribuye a la magnitud del problema, según señalan los expertos, ya que las principales de cadenas de supermercados dependen de un puñado de empresas para los ingredientes de sus alimentos procesados.
El uso de salsas con aditivos para darles color y gusto está generalizado, con lo que las comidas terminan sabiendo igual, y cuando una sustancia como el Sudan I se introduce en la cadena, la contaminación es generalizada.
Desde julio de 2003, todos los polvos de chile que entran en la Unión Europea tienen que demostrar que no llevan Sudan I, lo que indica que fallaron los controles británicos no sólo los oficiales sino también los de los propios fabricantes del Reino Unido ya que la voz de alarma partió de Italia.
FUENTE:AGENCIA EFE
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