JÓVENES VERDES: CRÓNICA DE UN NACIMIENTO
Por Florent Marcellesi, Coordinador de Jóvenes Verdes y miembro fundador de Jóvenes Verdes Mundiales - Nairobi, Kenia, enero de 2007
¡Lo hemos conseguido! Fue el clamor unánime que se alzó durante la ceremonia de clausura del primer congreso de Jóvenes Verdes Mundiales. A pesar de las diferencias culturales u organizativas, de las barreras lingüísticas y de algunos malentendidos, hemos conseguido juntar en una misma dinámica a decenas de movimientos ecologistas juveniles del planeta.
La diversidad dominó sin duda este encuentro. Primero, diversidad de organizaciones. Mientras que los representantes de Europa, Pacífico y Américas veníamos todos de organizaciones juveniles afines a partidos verdes, desde África y Asia llegaba sobre todo una miríada de ONGs, asociaciones y colectivos de defensa del medioambiente o derechos humanos, de cooperación, desarrollo o empoderamiento de los jóvenes.
Esta diversidad organizativa pone de relieve una diversidad en los procesos de construcción del movimiento verde en general y de la juventud verde en particular. Los europeos llevamos con la FYEG (Federación de Jóvenes Verdes europeos) una unidad de acción y pensamiento escandalosa en comparación con la dificultad de los africanos para encontrar unas bases comunes de entendimiento. Sin embargo, este congreso habrá permitido a los jóvenes asiáticos animarse a seguir adelante y, sobre todo, a los jóvenes africanos profundizar en la construcción de la FYAG (Federación de Jóvenes Verdes africanos) y elegir un comité africano incluyendo las principales regiones anglófonas (África del Este) y francófonas (África del Oeste).
Hace falta también subrayar la diversidad en la representación. A pesar de una representación mínima de las Ámericas (sólo vinieron representantes de Argentina y Canadá) e inexistente de Medio Oriente, la representación africana (a veces varios asociaciones por países), europea, asiática y pacífica fue numerosa (al final fuimos unos 150 delegados, más 50 invitados). Por otro lado, podemos subrayar el peso específico de algunas delegaciones como la alemana y australiana que lideraron la construcción de Jóvenes Verdes Mundiales.
Por último, diversidad en los enfoques ideológicos, en relación directa con el tipo de organizaciones presentes. Está claro que nuestra base mínima es la preservación del medioambiente, primer valor adoptado en nuestra Carta de principios. Tras su aprobación por unanimidad, esta última cuenta al final con 12 puntos que dan una visión global de nuestra lucha. No sólo luchamos por defender los ecosistemas sino también por promover la justicia social, sostenibilidad, paz, libertad de expresión, democracia participativa, igualdad de género. Hubo, como es normal, algunas discusiones más conflictivas como, por ejemplo, sobre los derechos de las minorías sexuales (recordamos que en ciertos países la Constitución prohíbe la homosexualidad) pero, gracias a una voluntad colectiva de consenso, se consiguió superar las divergencias y privilegiar las convergencias.
En cuanto al tipo de organización escogido para Jóvenes Verdes Mundiales, tras un debate sobre la necesidad de construir una red flexible o un movimiento más estructurado, se llegó a consensuar una organización dotada de un comité de 16 personas con 4 representantes por regiones (Europa, Asia-Pacífico, Américas y África), con funciones principalmente técnicas y ejecutivas. El comité no tendrá papel político: son las organizaciones de base, a nivel local o mediante sus estructuras regionales, que orientan el porvenir de Jóvenes Verdes.
A nivel práctico, Jóvenes Verdes Mundiales (GYG en inglés) se presenta como una red internacional que organiza campañas y acciones globales (por ej, sobre el cambio climático), intercambios entre miembros de GYG, seminarios para profundizar temáticas concretas y que ayuda a sus miembros a estructurarse gracias a las experiencias de cada una de las organizaciones.
En otras palabras, Jóvenes Verdes Mundiales es una oportunidad histórica de poner en práctica nuestro lema fundacional: pensar globalmente, actuar localmente.
FUENTE: Florent Marcellesi
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