EL ESTADO ESPAÑOL ES UNO DE LOS PAISES DE LA UE QUE GASTAN MENOS EN MAYORES
Las españolas de más de 65 años son las más pobres de Europa, por detrás de las italianas
España es el cuarto país más envejecido de la Unión Europea. Sin embargo, se encuentra entre los que menos gastan en sus mayores. Se sitúa a la cola de la UE de los 15 cuando se relaciona el envejecimiento con el esfuerzo en protección a los mayores o con el gasto en pensiones respecto al Producto Interior Bruto (PIB). Así se refleja en el informe Las personas mayores en España, 2004. El envejecimiento es, además, un fenómeno creciente: los mayores de 65 años constituyen el 17% de los españoles (7,2 millones, según datos de 2003) y se estima que en 2050 alcanzarán el 30,8% de la población.
España, según esta radiografía de la situación de los mayores realizada por el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO), ya suspende respecto a la Unión Europea en protección social prestada a todos los ciudadanos, no sólo a los ancianos. El "esfuerzo en protección social" sería el volumen de los gastos en este ámbito que se han producido en un año en relación a la riqueza generada en el mismo periodo. España se sitúa en la cola de la UE de los 15 en gasto para todos los ciudadanos (es el segundo que menos gasta, después de Irlanda, con el 20% del PIB) y su cuantía ha ido disminuyendo desde 1993.
Los autores del estudio relacionan el índice de envejecimiento (es decir, la tasa de ciudadanos mayores de 65 años en relación al total de la población) y el esfuerzo de protección a la vejez. Tras esa comparación, España se sitúa en la peor posición: del grupo de los más envejecidos, es el que menos gasta en mayores. En el mismo caso, pero con algo más de gasto, se encuentra Bélgica (ver gráfico).
La tendencia al envejecimiento en España es creciente, no sólo con la perspectiva de que tres de cada 10 españoles serán mayores de 65 años en 2050. Datos difundidos recientemente por el Instituto Nacional de Estadística que señalan el retraso de la edad de maternidad de las españolas (un 61% de los nacimientos se producen de madres mayores de 30 años, casi el doble que en 1990) apuntan al refuerzo de esta situación
"Medida en euros por habitante de 65 o más años, la intensidad de la protección a la vejez en nuestro país resulta bastante menor que en la inmensa mayoría de sus catorce países vecinos", señalan los autores del informe. "España dedicó en 2001 recursos equivalentes a casi 8.000 euros por persona de 65 o más años, algo más de la mitad de la media de los quince. España, Irlanda y Portugal ocupan los lugares más bajos". En el otro lado del espectro, el de los países con población envejecida pero que realizan un esfuerzo de protección elevado están Italia, Grecia, Alemania y Suecia.
Los autores del informe justifican el caso de Irlanda por su modelo anglosajón, menos generoso en pensiones, y por la menor presencia de mayores. Respecto a España y Portugal, señalan que, pese a la generosidad del sistema de pensiones, "es probable que la carencia de servicios y prestaciones alternativas en estos dos países, de tradición mediterránea y, por tanto, con un peso importante de agentes de bienestar distintos del Estado, esté dejando sentir su efecto".
En el mismo informe se resalta que los servicios sociales de atención a los mayores sólo atienden al 9,4% de la población, algo más de 600.000 personas de entre los 7,2 millones de ancianos. Y ello pese a que las plazas o usuarios de los servicios habían crecido un 78% entre 1999 y 2004. El Gobierno se ha comprometido a enviar al Congreso antes de fin de año la Ley de Autonomía Personal, para mejorar estos servicios.
Por otra parte, el recurso de protección principal a los ancianos son las pensiones. En 2001, consumieron la mitad de todo el gasto social de España (49,7%). En porcentajes del PIB, el gasto en pensiones supone 10 puntos, dos y medio menos que el promedio de la UE. En España ha reducido su participación, "ya que en estos años han coincidido una coyuntura económica favorable, con un crecimiento muy moderado de la población pensionista de manera que el gasto en pensiones ha crecido, pero no al mismo ritmo que el PIB", señalan los autores. Comparando, de nuevo el gasto en pensiones con el índice de envejecimiento, la situación de España es la peor de todos los países de la UE.
Sola y necesitada
El 76,9% de todas las pensiones de 2001 lo fueron de vejez. Los hombres reciben mayoritariamente las de jubilación; las mujeres, las de viudedad. El 61,9% de las pensiones contributivas de jubilación tienen como beneficiario a un hombre, y el 75,9% de las de viudedad las perciben las mujeres. Ellos perciben más dinero que ellas. "La pensión media de las mujeres mayores equivales al 70% de la pensión media de jubilación de todo el sistema", señalan.
Además, según el estudio, ser mayor implica el riesgo de ser más pobre, además de ser mujer y vivir solo. Un 15% de los ciudadanos de la UE están por debajo del nivel de pobreza (menos del 60% de los ingresos medios en los hogares). Cuando se analiza este dato por edades, se comprueba que hay un 21% de mujeres mayores de 65 años pobres. En España, la situación se agrava. Treinta y cinco de cada 100 mujeres españolas mayores de 65 son pobres, sólo aventajadas por las italianas (51%). "Las diferencias de género y según la forma de convivencia son aún más pronunciadas [para España]", señalan los autores del informe, "ser mayor añade tres puntos a la tasa de pobreza (desde el 19% hasta el 22%), pero ser mujer añade doce (35%) y vivir solo, más de veinte (hasta el 43%)".
En espera de la ley
El Gobierno ha asegurado que presentará al Congreso antes de que acabe el año la Ley de Autonomía Personal. Su objetivo es mejorar la atención a los mayores que no se valen por sí mismos. Se trata de 1,7 millones de personas, según el Libro Blanco de la Dependencia, el documento con el que trabaja el Ejecutivo para elaborar su proyecto. Agentes sociales, ONG y comunidades autónomas aportan ahora su visión para la futura ley, según fuentes de Trabajo y Asuntos Sociales.
Las familias son las principales cuidadoras de los mayores dependientes. Sólo el 6,5% de ellas reciben ayuda social, según los datos del documento. Las mujeres, en un 84%, son las encargadas de cuidar a los mayores, sobre todo amas de casa, con una edad media de 53 años. Los autores del Libro Blanco resaltan que hay que impulsar la ayuda a domicilio y los centros de día. Ahora hay 3,14 plazas de ayuda domiciliaria por cada 100 ancianos y 0,46 en centros de día.
FUENTE:EL PAIS
España es el cuarto país más envejecido de la Unión Europea. Sin embargo, se encuentra entre los que menos gastan en sus mayores. Se sitúa a la cola de la UE de los 15 cuando se relaciona el envejecimiento con el esfuerzo en protección a los mayores o con el gasto en pensiones respecto al Producto Interior Bruto (PIB). Así se refleja en el informe Las personas mayores en España, 2004. El envejecimiento es, además, un fenómeno creciente: los mayores de 65 años constituyen el 17% de los españoles (7,2 millones, según datos de 2003) y se estima que en 2050 alcanzarán el 30,8% de la población.
España, según esta radiografía de la situación de los mayores realizada por el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO), ya suspende respecto a la Unión Europea en protección social prestada a todos los ciudadanos, no sólo a los ancianos. El "esfuerzo en protección social" sería el volumen de los gastos en este ámbito que se han producido en un año en relación a la riqueza generada en el mismo periodo. España se sitúa en la cola de la UE de los 15 en gasto para todos los ciudadanos (es el segundo que menos gasta, después de Irlanda, con el 20% del PIB) y su cuantía ha ido disminuyendo desde 1993.
Los autores del estudio relacionan el índice de envejecimiento (es decir, la tasa de ciudadanos mayores de 65 años en relación al total de la población) y el esfuerzo de protección a la vejez. Tras esa comparación, España se sitúa en la peor posición: del grupo de los más envejecidos, es el que menos gasta en mayores. En el mismo caso, pero con algo más de gasto, se encuentra Bélgica (ver gráfico).
La tendencia al envejecimiento en España es creciente, no sólo con la perspectiva de que tres de cada 10 españoles serán mayores de 65 años en 2050. Datos difundidos recientemente por el Instituto Nacional de Estadística que señalan el retraso de la edad de maternidad de las españolas (un 61% de los nacimientos se producen de madres mayores de 30 años, casi el doble que en 1990) apuntan al refuerzo de esta situación
"Medida en euros por habitante de 65 o más años, la intensidad de la protección a la vejez en nuestro país resulta bastante menor que en la inmensa mayoría de sus catorce países vecinos", señalan los autores del informe. "España dedicó en 2001 recursos equivalentes a casi 8.000 euros por persona de 65 o más años, algo más de la mitad de la media de los quince. España, Irlanda y Portugal ocupan los lugares más bajos". En el otro lado del espectro, el de los países con población envejecida pero que realizan un esfuerzo de protección elevado están Italia, Grecia, Alemania y Suecia.
Los autores del informe justifican el caso de Irlanda por su modelo anglosajón, menos generoso en pensiones, y por la menor presencia de mayores. Respecto a España y Portugal, señalan que, pese a la generosidad del sistema de pensiones, "es probable que la carencia de servicios y prestaciones alternativas en estos dos países, de tradición mediterránea y, por tanto, con un peso importante de agentes de bienestar distintos del Estado, esté dejando sentir su efecto".
En el mismo informe se resalta que los servicios sociales de atención a los mayores sólo atienden al 9,4% de la población, algo más de 600.000 personas de entre los 7,2 millones de ancianos. Y ello pese a que las plazas o usuarios de los servicios habían crecido un 78% entre 1999 y 2004. El Gobierno se ha comprometido a enviar al Congreso antes de fin de año la Ley de Autonomía Personal, para mejorar estos servicios.
Por otra parte, el recurso de protección principal a los ancianos son las pensiones. En 2001, consumieron la mitad de todo el gasto social de España (49,7%). En porcentajes del PIB, el gasto en pensiones supone 10 puntos, dos y medio menos que el promedio de la UE. En España ha reducido su participación, "ya que en estos años han coincidido una coyuntura económica favorable, con un crecimiento muy moderado de la población pensionista de manera que el gasto en pensiones ha crecido, pero no al mismo ritmo que el PIB", señalan los autores. Comparando, de nuevo el gasto en pensiones con el índice de envejecimiento, la situación de España es la peor de todos los países de la UE.
Sola y necesitada
El 76,9% de todas las pensiones de 2001 lo fueron de vejez. Los hombres reciben mayoritariamente las de jubilación; las mujeres, las de viudedad. El 61,9% de las pensiones contributivas de jubilación tienen como beneficiario a un hombre, y el 75,9% de las de viudedad las perciben las mujeres. Ellos perciben más dinero que ellas. "La pensión media de las mujeres mayores equivales al 70% de la pensión media de jubilación de todo el sistema", señalan.
Además, según el estudio, ser mayor implica el riesgo de ser más pobre, además de ser mujer y vivir solo. Un 15% de los ciudadanos de la UE están por debajo del nivel de pobreza (menos del 60% de los ingresos medios en los hogares). Cuando se analiza este dato por edades, se comprueba que hay un 21% de mujeres mayores de 65 años pobres. En España, la situación se agrava. Treinta y cinco de cada 100 mujeres españolas mayores de 65 son pobres, sólo aventajadas por las italianas (51%). "Las diferencias de género y según la forma de convivencia son aún más pronunciadas [para España]", señalan los autores del informe, "ser mayor añade tres puntos a la tasa de pobreza (desde el 19% hasta el 22%), pero ser mujer añade doce (35%) y vivir solo, más de veinte (hasta el 43%)".
En espera de la ley
El Gobierno ha asegurado que presentará al Congreso antes de que acabe el año la Ley de Autonomía Personal. Su objetivo es mejorar la atención a los mayores que no se valen por sí mismos. Se trata de 1,7 millones de personas, según el Libro Blanco de la Dependencia, el documento con el que trabaja el Ejecutivo para elaborar su proyecto. Agentes sociales, ONG y comunidades autónomas aportan ahora su visión para la futura ley, según fuentes de Trabajo y Asuntos Sociales.
Las familias son las principales cuidadoras de los mayores dependientes. Sólo el 6,5% de ellas reciben ayuda social, según los datos del documento. Las mujeres, en un 84%, son las encargadas de cuidar a los mayores, sobre todo amas de casa, con una edad media de 53 años. Los autores del Libro Blanco resaltan que hay que impulsar la ayuda a domicilio y los centros de día. Ahora hay 3,14 plazas de ayuda domiciliaria por cada 100 ancianos y 0,46 en centros de día.
FUENTE:EL PAIS
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