EL PRESTIGE DE ZP
Os envio también este artículo de Fermin Bocos que me ha encantado por su coherencia y sensatez.
Es toda la verdad sobre lo ocurrido en el Alto Tajo-Señorio de Molina (que, ojo, no es La Alcarría!!!, que es otra de las confusiones que están cometiendo los periodistas ultimamente). El Señor Barreda, presidente
de Castilla la Mancha tardó más de 24 horas en tomarse en serio el tema, (!!!bahhh si es por allí, por Molina de Aragón, quién va a hablar de esa comarca!!!!, si por allí no hay votos!!!!). Este es el Prestige del PSOE, la
mayor tragedia ecológica en la historia de España. Familiares que tengo en Molina de Aragón me han dicho que el día que comenzó el incendio por allí no había helicópteros ni aviones ni nada. Pienso luchar todo lo que pueda
contra lo que ha ocurrido y a favor de la comarca del Alto Tajo-Molina de Aragón. El ’Prestige’ lleva tres largos años hundido frente a las aguas de la Costa de la Muerte y las pancartas del ’Nunca mais’ son apenas un recuerdo
borroso en las hemerotecas, pero los dirigentes del PP llevan clavado aquel pecio en el disco duro de su memoria. Allí, a raíz del cúmulo de torpezas,soberbia e intemperancias protagonizados por algunos de ellos, empezaron los
conservadores a cavar su tumba política. Mientras varios miles de toneladas de crudo se iban a pique, Fraga se fue a cazar y Álvarez Cascos de fin de semana. Después, Aznar tardó semanas en acercarse a Galicia. Más tarde,
con la guerra de Irak y los atentados del 11-M, llegó el final.
Ahora el PP está en la oposición y es Zapatero el inquilino de La Moncloa, y, en eso que arden los bosques del Alto Tajo y Barreda, el presidente socialista de Castilla-La Mancha tarda día y medio en pedir ayuda y por
el camino el fuego se lleva la vida de 11 personas. Una tragedia. El nació de la imprudencia de unos excursionistas, pero de la cadena de imprevisiones, impericias y desorganización que ha desvelado el caso
son responsables quienes administran los recursos y tienen transferido el poder político para hacer frente a este tipo de emergencias.
Toledo o Cuenca están más lejos de Guadalajara (donde se desató el fuego) que Madrid (donde tienen el mayor parque de bomberos de toda España), pero los responsables de la Junta de Castilla-La Mancha no supieron ponderar
la situación y declinaron el ofrecimiento de Esperanza Aguirre, la presidenta madrileña. Para más inri, también se acordaron tarde del teléfono de José Bono, ministro de Defensa y preclaro manchego. El resultado es que
cuando llegó el Ejército ya no pudo hacer otra cosa que ayudar a retirar los cadáveres. Tampoco se vio en las primeras horas por la zona arrasada a la ministra de Medio Ambiente, la señora Narbona, y quien dio la cara ante
los airados vecinos fue la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega.
Así las cosas, el PP pide la dimisión de Narbona y que responda el presidente del Gobierno por sus ausencias. Sin duda, respiran por la herida todavía no cicatrizada del ’Prestige’, pero más allá de estas ’devoluciones
de visita’ -tan propias de los partidos políticos-, a ojos de ciudadano de a pie en esta ocasión resulta evidente que Barreda, el presidente de Castilla-La Mancha, no tiene bien organizadas las cosas; que la ministra de
Medio Ambiente tenía que haber estado al quite y que al ciudadano José Luis Rodríguez Zapatero le ha faltado sensibilidad (o coraje) para acercarse a Guadalajara y compartir la angustia de los familiares de las víctimas
de la tragedia.
Gobernar también es asumir, con humildad, los errores y aguantar con estoicismo la indignación y la ira de los familiares de las víctimas de una desgracia que quizá podría haberse evitado. Aznar no lo supo hacer cuando el
naufragio del ’Prestige’ y Zapatero tampoco ha sabido calibrar la importancia de la tragedia provocada por el incendio de Guadalajara. En política, los errores se pagan.
Es toda la verdad sobre lo ocurrido en el Alto Tajo-Señorio de Molina (que, ojo, no es La Alcarría!!!, que es otra de las confusiones que están cometiendo los periodistas ultimamente). El Señor Barreda, presidente
de Castilla la Mancha tardó más de 24 horas en tomarse en serio el tema, (!!!bahhh si es por allí, por Molina de Aragón, quién va a hablar de esa comarca!!!!, si por allí no hay votos!!!!). Este es el Prestige del PSOE, la
mayor tragedia ecológica en la historia de España. Familiares que tengo en Molina de Aragón me han dicho que el día que comenzó el incendio por allí no había helicópteros ni aviones ni nada. Pienso luchar todo lo que pueda
contra lo que ha ocurrido y a favor de la comarca del Alto Tajo-Molina de Aragón. El ’Prestige’ lleva tres largos años hundido frente a las aguas de la Costa de la Muerte y las pancartas del ’Nunca mais’ son apenas un recuerdo
borroso en las hemerotecas, pero los dirigentes del PP llevan clavado aquel pecio en el disco duro de su memoria. Allí, a raíz del cúmulo de torpezas,soberbia e intemperancias protagonizados por algunos de ellos, empezaron los
conservadores a cavar su tumba política. Mientras varios miles de toneladas de crudo se iban a pique, Fraga se fue a cazar y Álvarez Cascos de fin de semana. Después, Aznar tardó semanas en acercarse a Galicia. Más tarde,
con la guerra de Irak y los atentados del 11-M, llegó el final.
Ahora el PP está en la oposición y es Zapatero el inquilino de La Moncloa, y, en eso que arden los bosques del Alto Tajo y Barreda, el presidente socialista de Castilla-La Mancha tarda día y medio en pedir ayuda y por
el camino el fuego se lleva la vida de 11 personas. Una tragedia. El nació de la imprudencia de unos excursionistas, pero de la cadena de imprevisiones, impericias y desorganización que ha desvelado el caso
son responsables quienes administran los recursos y tienen transferido el poder político para hacer frente a este tipo de emergencias.
Toledo o Cuenca están más lejos de Guadalajara (donde se desató el fuego) que Madrid (donde tienen el mayor parque de bomberos de toda España), pero los responsables de la Junta de Castilla-La Mancha no supieron ponderar
la situación y declinaron el ofrecimiento de Esperanza Aguirre, la presidenta madrileña. Para más inri, también se acordaron tarde del teléfono de José Bono, ministro de Defensa y preclaro manchego. El resultado es que
cuando llegó el Ejército ya no pudo hacer otra cosa que ayudar a retirar los cadáveres. Tampoco se vio en las primeras horas por la zona arrasada a la ministra de Medio Ambiente, la señora Narbona, y quien dio la cara ante
los airados vecinos fue la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega.
Así las cosas, el PP pide la dimisión de Narbona y que responda el presidente del Gobierno por sus ausencias. Sin duda, respiran por la herida todavía no cicatrizada del ’Prestige’, pero más allá de estas ’devoluciones
de visita’ -tan propias de los partidos políticos-, a ojos de ciudadano de a pie en esta ocasión resulta evidente que Barreda, el presidente de Castilla-La Mancha, no tiene bien organizadas las cosas; que la ministra de
Medio Ambiente tenía que haber estado al quite y que al ciudadano José Luis Rodríguez Zapatero le ha faltado sensibilidad (o coraje) para acercarse a Guadalajara y compartir la angustia de los familiares de las víctimas
de la tragedia.
Gobernar también es asumir, con humildad, los errores y aguantar con estoicismo la indignación y la ira de los familiares de las víctimas de una desgracia que quizá podría haberse evitado. Aznar no lo supo hacer cuando el
naufragio del ’Prestige’ y Zapatero tampoco ha sabido calibrar la importancia de la tragedia provocada por el incendio de Guadalajara. En política, los errores se pagan.
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