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EL FONTANERO POLACO CONTRAATACA

EL FONTANERO POLACO CONTRAATACA Una campaña turística responde a los prejuicios en Francia sobre Polonia
La web oficial de Turismo de Polonia. El fontanero dice: "Yo me quedo en Polonia. Venid todos".
El símbolo de todos los males de los trabajadores franceses es un joven musculoso
El fontanero polaco, agitado como espantajo por los partidarios del no a la Constitución europea en Francia durante la campaña del referéndum, se ha convertido ahora, en una pirueta que demuestra el sentido del humor que aún conservan en la patria de Chopin, en la imagen turística de Polonia. El supuesto símbolo de todos los males a los que se exponían los trabajadores franceses (deslocalizaciones industriales, competencia desleal...), que supuestamente iba a invadir la todavía próspera Europa occidental, es ahora un atractivo joven de cuerpo musculoso y mirada pícara. Saluda desde la web de la Oficina de Turismo polaca en París sosteniendo varias herramientas propias de su oficio y proclama: "Yo me quedo en Polonia. Venid todos".
Pese a que sólo se ha asomado a Internet, ha provocado una enorme reacción entre los medios de comunicación franceses, sorprendidos por esta irónica respuesta a sus temores e interesados en conocer más detalles sobre las virtudes ocultas de los fontaneros polacos. Se sabe que el joven en cuestión es polaco, pero no es fontanero, sino modelo de una agencia de Varsovia y que la campaña publicitaria nació de una simple idea que se ha ido articulando sobre la marcha. La oficina de turismo de Polonia en París recibió las fotografías de su central de Varsovia. "Por si os sirve para algo", le dijeron a su directora Elzbieta Janek.
"En Polonia, todo el mundo estaba al corriente de la campaña negativa que se hacía sobre nosotros con el estereotipo del fontanero", explica Elzbieta Janek. "Nos enviaron la foto para que la utilizáramos como quisiéramos y decidimos ponerla en nuestra web. La colocamos el miércoles pasado y en poco tiempo ha desatado una reacción enorme. Los medios franceses no han parado de llamarnos". Todo han sido alabanzas y felicitaciones, añade, "nadie se ha quejado ni nos ha acusado de arrogantes. Nos han felicitado por nuestro sentido del humor e incluso algunas revistas especializadas nos han dicho que la campaña era el golpe del año".
Además de por su obvia connotación xenófoba, los polacos tienen muchas razones para sentirse dolidos por haber sido señalados como chivos expiatorios de los problemas de la sociedad francesa. La eslava Polonia ha mantenido siempre una tradición cultural francófona, empezando por uno de sus grandes héroes, Federico Chopin, hijo de un francés y que con 21 años se trasladó a París, aunque nunca dejó de sentirse polaco. Francia ha recibido varias oleadas de inmigración polaca, la más numerosa es la que llegó a principios del siglo XX para trabajar en las minas de carbón de los alrededores de Lille.
"Hay polacos trabajando en toda Europa, desde fontaneros a ingenieros, de la misma manera que en Polonia hay muchos franceses y muchas empresas francesas", asegura Elzbieta Janek. "En Polonia hay mucho paro, pero a nadie se le ocurre pensar que sea a causa de los franceses que trabajan en nuestro país", añade. Y reconoce: "Los polacos se han llevado una enorme sorpresa por el no francés en el referéndum. Europa existe, no se puede negar algo que existe, otra cosa son los problemas de los franceses".
Polonia no es uno de los destinos turísticos preferidos por los franceses, pero tal vez ahora aumenten los visitantes. "No es una campaña a gran escala", reconoce la directora de la Oficina de Turismo, "de momento no es más que esta imagen en la página web. No hay vallas ni nada parecido, no tenemos presupuesto para ello, sólo un guapo fontanero con una montaña detrás". Pero visto el éxito, admite, en Varsovia empiezan a discutir sobre este asunto. "A lo mejor es el buen momento". Tal vez los franceses debieran haber conocido antes el verdadero rostro del fontanero polaco.
FUENTE:EL PAIS

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