Blogia
LOS VERDES DE COLLADO VILLALBA "EQUO COLLADO VILLALBA"

ALEMANIA: LOS VERDES CUMPLEN 25 AÑOS

ALEMANIA:  LOS VERDES CUMPLEN 25 AÑOS "Con su permiso, señor presidente. ¡Usted es un tonto del carajo!". Con esta frase breve y poco diplomática pronunciada en el hemiciclo del Bundestag en Bonn, el entonces joven y colérico parlamentario de los Verdes, Joschka Fischer, se hizo famoso en todo el país y comenzó su lenta pero infatigable marcha para alcanzar una meta que, en 1983, parecía imposible: llegar al poder en la primera potencia económica de Europa.
Ese año, los Verdes habían logrado la hazaña de llegar al Bundestag y, por primera vez, un grupo heterogéneo de parlamentarios se atrevía a lucir melenas, vestir vaqueros, repartir girasoles entre sus colegas conservadores y gritar a todo pulmón "¡mierda!", cuando algo les parecía demasiado aburrido o serio.
En 1983, la apacible vida política de Bonn cambió para siempre y el grupo de jóvenes contestatarios comenzó a hacer escuchar una voz diferente en la tribuna política más importante del país. Los jóvenes diputados pedían la disolución de la OTAN y del Pacto de Varsovia, exigían la disolución del ejército alemán y cosechaban aplausos y simpatizantes con un grito de guerra que aún resuena en el país: "¡Energía atómica, no gracias!". Peor aún, Fischer insultaba al presidente del Bundestag.
"Son un peligro para la democracia", exclamó Egon Bahr, el legendario político socialdemócrata, cuando un grupo de ecologistas se atrevieron, en 1977, a presentar listas en varias elecciones regionales. "La posibilidad de que la política exterior alemana dependa de este partido, provoca pesadillas", dijo el diario Süddeutsche Zeitung , al comentar el nacimiento de los Verdes, un lejano 13 de enero de 1980, como partido político nacional.
En medio de un caos que duró dos días, Petra Kelly, Joseph Beuys, Rudolf Bahro y Jutta Ditfuhrt lograron reunir en la ciudad de Karlsruhe, y bajo un mismo techo, a comunistas, maoístas, ecologistas y pacifistas. El nuevo partido fue condenado a una "muerte prematura" por Bahr, mientras que el político bávaro Franz Joseph Strauss, los acusó de ser el "caballo de Troya de los soviéticos".
El jueves pasado, el partido cumplió 25 años de vida. No hubo una fiesta de cumpleaños ni grandes homenajes. La televisión apenas recordó la histórica fecha y la prensa escrita resaltó un aspecto que refleja la extraordinaria metamorfosis del movimiento fundado por Petra Kelly: Los Verdes están envejeciendo, se han convertido en un partido pequeñoburgués y la juventud alemana les da la espalda.
¿Fue esta la razón por la cual, el actual jefe del partido, Rainer Büttikoffer, regaló un ovillo de lana de color verde y dos palillos a los 55 diputados que tiene el partido, que acudieron a una cita de trabajo en la ciudad de Wörlitz? "Es para que no olvidéis las viejas costumbres del partido", dijo el líder.
Es cierto. Hace 20 años, los diputados verdes tenían la costumbre de tejer durante los largos debates parlamentarios. Pero la política da muchas vueltas y, ahora, Fischer y sus amigos llegan al hemiciclo del Reichstag en Berlín, vestidos con trajes de marca y corbatas de seda. En el último cuarto de siglo, los Verdes se vieron obligados a sacrificar a casi todas sus vacas sagradas para llegar al lugar que ahora ocupan en la política nacional: ser el socio minoritario de la alianza política que gobierna Alemania "Cuando las ilusiones se fueron al carajo, decidí decir adiós a la política y comencé a conducir taxis. Fue la mejor escuela que he tenido", contó Fischer a su biógrafa, Sabine Krause- Burger, en una inédita confesión que refleja
la personalidad del líder más influyente del partido. "El mundo no está hecho para soñar. Yo no tengo visiones, tengo metas", añadió Fischer al revelar la estrategia que le ayudó a convertirse en vicecanciller de Alemania, ministro de Asuntos Exteriores y el político más popular del país.

Pero el precio para alcanzar las metas fue terrible. Fischer se transformó, en marzo de 1999, en el primer ministro de Asuntos Exteriores alemán en enviar soldados a combatir en Kosovo. Después de los ataques del 11 de septiembre de 2001, Fischer y el canciller Gerhard Schröeder, apostaron por una "solidaridad ilimitada" con EU y decidieron enviar tropas alemanas a combatir en Afganistán.
Fue el momento más crucial de la coalición, pero Schröder y su ministro se impusieron a la revuelta en las filas del SPD y los Verdes, que estuvo a punto de acabar con la alianza.
En el último cuarto de siglo, los Verdes demostraron que no eran un caballo de Troya y que en lugar de poner en peligro la democracia, intentan imponer leyes que protejan el medio ambiente. Además, en este tiempo, no han perdido una rara cualidad política: la de renovarse. "Creíamos que desaparecían al poco tiempo, pero nos equivocamos", admitió el ministro del Interior de Baviera, Günther Beckstein, al comentar el 25 aniversario. "El de los Verdes es el único partido en Alemania que se está renovando continuamente y eso es un gran trabajo".
16-Enero-2005 Fuente:el-universal.com.mx

0 comentarios