LOS VERDES DENUNCIAN UNA NUEVA OFENSIVA MILITAR EN LA ISLA DE FUERTEVENTURA
Haciéndose eco de las quejas y cabreos de numerosos habitantes de Fuerteventura, Los Verdes censuran duramente al gobierno del estado por el continuo acoso al que está sometiendo a la población de la isla con la presencia y las maniobras militares. Y reprochan la inactividad y falta de oposición efectiva del gobierno de Canarias y de las instituciones de la isla.
A lo largo de esta semana la isla de Fuerteventura, especialmente el municipio de Pájara, ha tenido que aguantar grandes atascos, y los zumbidos de las bombas se han dejado sentir en toda la isla. No importa que las casas se rajen, la gente se manifieste o las instituciones denuncien. “No hay derecho a que tengamos que sufrir tanta presencia militar y tantas maniobras. Ya está bien”, comentan los vecinos airados.
En esta ocasión han traído maquinaria pesada de construcción, y están llevando a cabo obras en el campo de tiro y en sus inmediaciones. Los Verdes de Fuerteventura temen que se trate de construir una base militar, y se convierta la isla en campo de maniobras permanentes, “a lo que hay que oponerse rotundamente”, añaden.
Es evidente que Canarias es una encrucijada estratégica de primer orden y que la militarización del archipiélago es cada vez más visible. Fuerteventura es una buena muestra de ello, por tanto, considera la formación política verde, sólo queda una alternativa para frenar la gran escalada militar que nos acecha y es la de poner en marcha un potente movimiento por la paz y las libertades ciudadanas.
Pero debe ser todos juntos: instituciones, empresarios, movimientos sociales y ciudadanos, y población en general. “Esa es nuestra responsabilidad y nuestro reto más próximo”, apostillan. Se trata, en realidad, de recuperar nuestra tradición de lucha pacifista.
Mientras permanezcamos pasivos, tendremos que continuar soportando las agresivas maniobras militares en la isla. Asimismo, añadido al deterioro del negocio turístico actual, esta nueva ocupación militar viene a significar una caída aún más rápida de la imagen de la isla en el exterior, a la vez que afecta negativamente al medioambiente en el que se sustenta.
También critica la formación pacifista que el estado recorte los gastos sociales a favor de los militares, para alimentar y engordar ejércitos y armamentos con los que nun -ca se conseguirá la paz.
Por último, Los Verdes quieren hacer un llamamiento a la responsabilidad del conjunto de la sociedad, invitándoles al compromiso activo, porque está claro como el agua: la lucha por la paz es una prioridad. Si, por miopía o cobardía, no estamos a la altura de este desafío histórico y dejamos las manos libres a la escalada militar y a sus promotores, acabarán por atarnos las nuestras.
Habrá comenzado entonces la cuenta atrás para dejar de existir como seres libres y dignos.
A lo largo de esta semana la isla de Fuerteventura, especialmente el municipio de Pájara, ha tenido que aguantar grandes atascos, y los zumbidos de las bombas se han dejado sentir en toda la isla. No importa que las casas se rajen, la gente se manifieste o las instituciones denuncien. “No hay derecho a que tengamos que sufrir tanta presencia militar y tantas maniobras. Ya está bien”, comentan los vecinos airados.
En esta ocasión han traído maquinaria pesada de construcción, y están llevando a cabo obras en el campo de tiro y en sus inmediaciones. Los Verdes de Fuerteventura temen que se trate de construir una base militar, y se convierta la isla en campo de maniobras permanentes, “a lo que hay que oponerse rotundamente”, añaden.
Es evidente que Canarias es una encrucijada estratégica de primer orden y que la militarización del archipiélago es cada vez más visible. Fuerteventura es una buena muestra de ello, por tanto, considera la formación política verde, sólo queda una alternativa para frenar la gran escalada militar que nos acecha y es la de poner en marcha un potente movimiento por la paz y las libertades ciudadanas.
Pero debe ser todos juntos: instituciones, empresarios, movimientos sociales y ciudadanos, y población en general. “Esa es nuestra responsabilidad y nuestro reto más próximo”, apostillan. Se trata, en realidad, de recuperar nuestra tradición de lucha pacifista.
Mientras permanezcamos pasivos, tendremos que continuar soportando las agresivas maniobras militares en la isla. Asimismo, añadido al deterioro del negocio turístico actual, esta nueva ocupación militar viene a significar una caída aún más rápida de la imagen de la isla en el exterior, a la vez que afecta negativamente al medioambiente en el que se sustenta.
También critica la formación pacifista que el estado recorte los gastos sociales a favor de los militares, para alimentar y engordar ejércitos y armamentos con los que nun -ca se conseguirá la paz.
Por último, Los Verdes quieren hacer un llamamiento a la responsabilidad del conjunto de la sociedad, invitándoles al compromiso activo, porque está claro como el agua: la lucha por la paz es una prioridad. Si, por miopía o cobardía, no estamos a la altura de este desafío histórico y dejamos las manos libres a la escalada militar y a sus promotores, acabarán por atarnos las nuestras.
Habrá comenzado entonces la cuenta atrás para dejar de existir como seres libres y dignos.
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