DESTRUCCION DEL AMAZONAS
El gobierno brasileño ha sido incapaz de frenar la destrucción de la Amazonia, que sigue a un ritmo de 8.600 canchas de fútbol por día. Entre agosto de 2003 y agosto de 2004 fueron arrasados casi 30 mil kilómetros cuadrados de selva. Y así, se acerca peligrosamente el fin del gran pulmón verde del planeta
La jungla amazónica hace tiempo ha perdido su virginidad, pero ahora parece estar perdiendo definitivamente la batalla para salvarse de la deforestación total. Para dar un ejemplo claro, la destrucción del Amazonas sigue a un ritmo de 8.600 campos de fútbol por día, lo que ha merecido por estas horas una lluvia de críticas a la política del presidente Lula Da Silva en materia ambiental. Tanto ha irritado a algunos sectores la permisividad para que grandes agricultores ávidos de apropiarse de más tierras para cultivos y cría de ganado así como explotación maderera impongan su peligroso criterio destructor, que hasta el Partido Verde ha decidido pasarse a la oposición.
Casi la mitad de la deforestación ha ocurrido en el estado de Mato Groso, cuyo gobernador es el principal productor privado de soja en el mundo, con una factura de 532 millones de dólares en 2003. Las organizaciones ecologistas han denunciado que la deforestación en el gobierno actual supera los 23 mil kilómetros cuadrados por año. Esto está por encima del promedio anual durante la dictadura militar, cuando Brasil se lanzó en una frenética carrera desarrollista que generó alarma mundial por los daños a la selva amazónica.
Como se ha venido insistiendo, la biodiversidad global desciende de modo alarmante y crea un futuro incierto para la vida en el planeta. Con repetir que el hombre es el mayor enemigo del hombre poco se obtendrá. Hacen falta políticas firmes y a largo plazo, que no sucumban con los cambios de gobierno, para que se pueda superar este caminar por la cornisa cuyo final ya está anunciado. Aves, mamíferos, coníferas y anfibios están, en distinto grado, en peligro de extinción. ¿Creerá el hombre que nunca figurará en esas listas fúnebres tan sólo porque él las confecciona?
Los riesgos para las generaciones venideras son cada vez mayores. Si la devastación del Amazonas continúa, en menos de 150 años habrá sido aniquilado por completo. Y con la pérdida de ese gigantesco pulmón vegetal de la Tierra, la permanencia del hombre en el planeta será apenas una utopía.
FUENTE: DIARIO DE LA CAPITAL - ARGENTINA 23-5-05
La jungla amazónica hace tiempo ha perdido su virginidad, pero ahora parece estar perdiendo definitivamente la batalla para salvarse de la deforestación total. Para dar un ejemplo claro, la destrucción del Amazonas sigue a un ritmo de 8.600 campos de fútbol por día, lo que ha merecido por estas horas una lluvia de críticas a la política del presidente Lula Da Silva en materia ambiental. Tanto ha irritado a algunos sectores la permisividad para que grandes agricultores ávidos de apropiarse de más tierras para cultivos y cría de ganado así como explotación maderera impongan su peligroso criterio destructor, que hasta el Partido Verde ha decidido pasarse a la oposición.
Casi la mitad de la deforestación ha ocurrido en el estado de Mato Groso, cuyo gobernador es el principal productor privado de soja en el mundo, con una factura de 532 millones de dólares en 2003. Las organizaciones ecologistas han denunciado que la deforestación en el gobierno actual supera los 23 mil kilómetros cuadrados por año. Esto está por encima del promedio anual durante la dictadura militar, cuando Brasil se lanzó en una frenética carrera desarrollista que generó alarma mundial por los daños a la selva amazónica.
Como se ha venido insistiendo, la biodiversidad global desciende de modo alarmante y crea un futuro incierto para la vida en el planeta. Con repetir que el hombre es el mayor enemigo del hombre poco se obtendrá. Hacen falta políticas firmes y a largo plazo, que no sucumban con los cambios de gobierno, para que se pueda superar este caminar por la cornisa cuyo final ya está anunciado. Aves, mamíferos, coníferas y anfibios están, en distinto grado, en peligro de extinción. ¿Creerá el hombre que nunca figurará en esas listas fúnebres tan sólo porque él las confecciona?
Los riesgos para las generaciones venideras son cada vez mayores. Si la devastación del Amazonas continúa, en menos de 150 años habrá sido aniquilado por completo. Y con la pérdida de ese gigantesco pulmón vegetal de la Tierra, la permanencia del hombre en el planeta será apenas una utopía.
FUENTE: DIARIO DE LA CAPITAL - ARGENTINA 23-5-05
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