Blogia
LOS VERDES DE COLLADO VILLALBA "EQUO COLLADO VILLALBA"

ESPAÑA ESTA ANTE UNA OPORTUNIDAD HISTORICA SI SATISFACE LA DEMANDA DE AUTOGOBIERNO DE EUSKADI Y CATALUNYA

ESPAÑA ESTA ANTE UNA OPORTUNIDAD HISTORICA SI SATISFACE LA   DEMANDA DE AUTOGOBIERNO DE EUSKADI Y CATALUNYA Joan Saura Conseller de Relaciones Institucionales de la Generalitat
Joan Saura es uno de los miembros más influyentes del actual Gobierno catalán y su talante conciliador y discreto le ha granjeado el respeto tanto de sus aliados como de sus adversarios políticos. El líder de ICV está convencido de que, a pesar de las dificultades, en verano se aprobará el nuevo Estatut.
TRAS 25 AÑOS de pastel de nata, cíclicamente el suflé del tripartito catalán se agita convulso, aunque siga manteniéndose erguido frente a las múltiples adversidades. El conseller de Relaciones Institucionales y Participación de la Generalitat y presidente de Iniciativa per Catalunya Verds, Joan Saura (Barcelona, 1950), aporta serenidad y equilibrio cada vez que la repostería gubernamental comienza a oler a quemado.

¿Habrá nuevo Estatut este mismo año, tal y como estaba previsto?

Estoy convencido de que el Estatuto catalán se aprobará en verano y, luego, espero que en cinco o seis meses sea una realidad definitiva.

¿En qué basa ese optimismo?

Hay dos argumentos básicos. En primer lugar, detrás del Estatuto existe un gran consenso político, con la excepción del PP, y hay un gran apoyo social de tipo transversal. Además, el proceso de cambio del modelo de Estado es irreversible. En cualquier caso, tampoco quiero parecer ingenuo. Soy consciente de que la negociación del Estatuto de Catalunya con Madrid va a tener cuatro o cinco puntos difíciles, en el ámbito de las competencias o en el de la financiación, por ejemplo. Incluso en aspectos identitarios surgirán dificultades, como a la hora de concretar la definición de Catalunya.

¿Se conformaría con la denominación de comunidad nacional?

Yo creo que nuestro nuevo Estatuto debe decir que Catalunya es una nación. A lo largo de estos 25 años se ha avanzado en muchos terrenos, pero hay uno en el que no se ha avanzado nada: en el reconocimiento de la plurinacionalidad y del plurilingüismo del Estado español. Por eso, uno de los ejes básicos de la reforma constitucional y de los estatutos debe afectar a ese reconocimiento.

¿Aspiran al mimetismo respecto al modelo vasco de financiación?

Como Gobierno tripartito no tenemos una opinión cerrada, pero, en todo caso, no vamos a hacer una propuesta mimética respecto al modelo vasco. Otra cosa distinta es que busquemos un modelo de financiación que, a doce años vista, por ejemplo, pueda tener unos resultados similares. Lo que vamos a plantear, fundamentalmente, es la necesidad de que se regule un principio objetivo de solidaridad.

¿Pecan por exceso en ese terreno?

No puede ser que, en estos momentos, Catalunya esté aportando un 7,5% de su PIB al Estado, el doble de lo que aporta cualquier región rica de Europa. Por otro lado, necesitamos un nivel de suficiencia financiera que ahora no tenemos. Queremos hacer una propuesta en el Estatuto que nos permita ir avanzando en esa dirección en 5 ó 6 años, aun siendo conscientes de que no podemos conseguir esto de golpe.

CiU ha vuelto a apelar a ERC para cambiar la actual fórmula de Gobierno. ¿Qué grado de cohesión mantiene el tripartito?

En estos momentos, el Gobierno catalán tiene un nivel de estabilidad y de cohesión muy superior al que parece. ERC y Carod-Rovira han dicho que ésta, y no otra, es su opción de gobierno. CiU está elucubrando con nuevas mayorías en esta legislatura pero no va a ser posible que eso ocurra. Esquerra tiene un compromiso clarísimo con este Gobierno. No hay ninguna grieta en ese sentido y la última crisis que se ha producido ha tenido un efecto de reforzamiento.

¿Cuál es el papel de ICV en la coalición?

Para empezar, sin ICV no habría mayoría. El tripartito es nuestra mayoría política y social; no favoreceremos ninguna otra. Además, todos reconocen que en este Gobierno hemos jugado un papel de estabilidad. Y lo hemos hecho desde el prisma de una izquierda moderna, desde la radicalidad democrática.

¿Qué ha significado la llegada de Zapatero a la presidencia del Gobierno para el proceso de la reforma estatutaria catalana?

Desde el punto de vista de las palabras, la llegada de Zapatero supone una nueva situación política. Hace quince meses había un Gobierno del PP que decía que no quería cambiar ni una coma de la Constitución y del Estatuto. Zapatero abre las puertas. Su reto, ahora, es pasar de las palabras a los hechos.

¿Lo hará?

En esta legislatura se va a producir una oportunidad histórica para España y el éxito de ese proceso está ligado a la satisfacción de las demandas de autogobierno de Catalunya y Euskadi. Si hubiera una frustración respecto a la petición de más autogobierno, la situación terminaría afectando al propio Zapatero. Por eso debe pasar de la voluntad de diálogo a un proceso de negociación que permita que Catalunya y Euskadi, además de otras comunidades, se sientan cómodas.

El Nuevo Estatuto de la CAV busca ese acomodo al amparo de un estatus de libre asociación. ¿Qué le parece esta fórmula?

No queremos opinar acerca de otros procesos de reforma estatutaria. Deseamos ser muy respetuosos, ya que cada país debe escoger sus vías. En nuestro caso, hemos definido unos métodos en función de la situación política catalana. Aspiramos a elaborar el Estatuto desde el consenso político, que no es lo mismo que la unanimidad, y deseamos que la sociedad civil esté detrás. La situación vasca es diferente.

¿En qué concretaría las especificidades vascas en este contexto?

Catalunya y España viven una nueva situación política, mientras que Euskadi se halla al final de una vieja situación política. Por eso, las elecciones deben marcar el inicio de una nueva etapa. Es necesario abrir una vía de diálogo que permita ampliar las mayorías que conducen a un mayor nivel de autogobierno.

En Euskadi se habla de cosoberanía, mientras que da la sensación de que en Catalunya se trata de profundizar en el marco actual...

No hemos querido dejar que el Estatuto sea solamente un pacto con el Estado. El Estatuto es un pacto con el Estado, pero también es un pacto entre la ciudadanía catalana. Es una oportunidad de configurar un modelo de país avanzado y, por eso, en los dos primeros títulos del Estatuto se recogen los derechos de ciudadanía.

Pero buscan su propio espacio sin tocar ningún nervio sensible de la actual arquitectura jurídico-política...

Queremos más poder. Por ello, apostamos por una nueva redistribución política del poder. En el Estatuto vamos a redefinir la participación de Catalunya en la UE y una nueva ubicación en el Estado español. Esa es la apuesta. Nos gustaría mucho avanzar hacia una propuesta federal. Evidentemente, el Plan Ibarretxe, en algunos sentidos, va más allá; pero en política no sólo hay que definir los objetivos. Hay que explicar cómo se llega a ellos.

¿Qué recorrido augura al Plan?

Tengo la sensación de que está en vía muerta.

¿Son ustedes más pragmáticos?

No, no quiero decir eso. No sé qué haríamos nosotros si tuviéramos la situación del País Vasco. En todo caso, sí es cierto que estamos trabajando en un Estatuto que salga, que cuente con apoyos políticos y sociales para que salga y que, a su vez, sea un Estatuto muy potente. Es una vía que viene definida por nuestra realidad.

¿Cree que Zapatero tiene claro el punto de llegada de las reformas constitucionales?

No. Hoy por hoy, el PSOE está en la conformación de su fórmula sobre el modelo de Estado, pero no la tiene cerrada, y no es bueno que el Gobierno central esté siempre a la defensiva en este terreno. Es necesario que tenga una propuesta que no sea uniformizadora, y que la explique.

¿Qué pasos ve necesarios para superar la situación de bloqueo que existe en Euskadi?

Creo que es conveniente que todo el mundo se mueva en esos dos bloques que se han constituido. El constitucionalismo se ha de mover y el nacionalismo también. Hay unas demandas objetivas del pueblo vasco que hay que atender, a las que el Gobierno no puede decir que no, y a partir de ahí hay que abrir una vía de diálogo.

ICV se abstuvo en el Congreso ante el Nuevo Estatuto aprobado en el Parlamento vasco. ¿Por qué?

El Plan Ibarretxe es producto de una situación política antigua. Nos parece que sería mejor un mayor consenso político y social pero tampoco consideramos que el único culpable de la situación sea Ibarretxe. Es necesaria una propuesta de superación del actual empate.

¿Ayudaría en ese camino el hecho de que Batasuna esté presente en el nuevo Parlamento vasco?

Sin duda. Estuvimos en contra de la Ley de Partidos y nos parece importante que en el Parlamento vasco se recoja la opinión de las miles de personas que apoyan a Batasuna.

¿Prevé que el Gobierno de Zapatero, que se apoya en IU y en ERC en las Cortes, marque un antes y un después respecto a Euskadi?

Zapatero está esperando a ver qué pasa en las elecciones. En todo caso, la política del Gobierno respecto a Euskadi ha cambiado desde la victoria del PSOE. La situación actual no tiene nada que ver con el acoso y la crispación de la época de Aznar aunque, por debajo, se sigan manteniendo varios elementos de la etapa del PP. Es significativo que el propio Otegi se dirija directamente al Gobierno pidiéndole negociar la paz.

FUENTE: DEIA-Joseba Arruti Bilbao
Corresponsal político

0 comentarios