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LOS VERDES DE COLLADO VILLALBA "EQUO COLLADO VILLALBA"

11-M, UN AÑO DESPUES

11-M,  UN AÑO DESPUES MADRID.- Hace un año 10 bombas estallaron en cuatro trenes de cercanías de Madrid. Las explosiones provocaron la muerte a 191 personas, causaron graves mutilaciones a muchas otras e instalaron una intensa angustia en miles de corazones.
Los aniversarios son ocasiones para el recuerdo, para no olvidar; pero cuando lo que la memoria lleva dentro es el sufrimiento total, el dolor es el mismo cada día. El atentado supuso un terrible impacto para toda la sociedad y los homenajes pueden paliar la conmoción colectiva, pero muchos de los que sufrieron la tragedia en primera persona no comparten la multitud de actos de conmemoración convocados para hoy.
El acto central del día se celebrará a mediodía en el llamado ’Bosque de los ausentes’ situado en el parque del Retiro, donde 192 cipreses y olivos recuerdan a cada una de las víctimas mortales del 11-M —incluido el GEO de Leganés—, rodeados por una lámina circular de agua que simboliza la vida. Los Reyes en compañía de los Príncipes de Asturias presidirán el homenaje, al que también acudirá el rey Mohamed VI de Marruecos.
Desde aquel día muchas cosas han cambiado, pero otras siguen igual. A pesar de los reiterados llamamientos a la unidad, los partidos políticos siguen enfrentados. El Congreso constituyó una comisión de investigación sobre el 11-M que ha servido para agrandar la distancia que les separa. Los reproches son constantes y ni siquiera han sido capaces de pactar un documento de recomendaciones unánime con motivo del aniversario de la masacre.
En el terreno de la investigación judicial, el magistrado de la Audiencia Nacional Juan del Olmo, encargado del caso, sigue instruyendo un sumario que tiene ya 111 tomos y 40.000 folios. A día de hoy figuran 75 imputados, de los que 22 se encuentran en prisión incondicional y 52 están en libertad. De estos últimos, 17 tienen que comparecer periódicamente en el juzgado y dos se encuentran en prisión por hechos ajenos al sumario. La mayor parte de los implicados son marroquíes.

11 de marzo de 2004

Aquel 11 de marzo de 2004, España, un país acostumbrado desde hace más de 20 años a la locura terrorista, asistió a la mayor masacre que jamás había conocido. Cuando se cumplían 911 días desde el ataque del 11-S contra EEUU, un comando formado por islamistas fanáticos trasladó su desquicio a Madrid y cometió el peor atentado de la historia de toda Europa.
La mañana transcurría en Madrid como la de cualquier otro día. Miles de ciudadanos se desperezaban, se arreglaban en casa o se dirigían ya a trabajar, cuando a las 7.37 el horror sobrevino súbitamente. La confusión inicial fue dando paso, poco a poco, a una brutal realidad, que los medios de comunicación alcanzaron al resto del país y del mundo. Unas imágenes y unos sonidos que rompían el alma.
Cuatro trenes de cercanías que circulaban por el corredor del Henares fueron el objetivo del atentado. Los terroristas colocaron en los convoyes 13 bombas elaboradas con teléfonos móviles y dinamita procedente de una mina asturiana. Diez de ellas estallaron a bordo, dos fueron explosionadas de forma controlada por la policía y la otra —a la postre pista decisiva para la investigación— fue recuperada intacta.
La rutina abordo de los trenes dio paso a la muerte indiscriminada. Las estaciones de Atocha, El Pozo y Santa Eugenia quedaron sembradas de cadáveres y por las vías los supervivientes, vivos pero ausentes, caminaban inmersos en el horror. Murieron 191 personas y resultaron heridas más de 1.500. Entre las víctimas había trabajadores, mujeres, estudiantes, niños, ciudadanos extranjeros...
El dolor, la indignación y la rabia prendió en cuestión de horas por toda la ciudad. Pero la crueldad de los terroristas tuvo su réplica en la humanidad de los ciudadanos. La gente salió a la calle con mantas para atender a las víctimas; los servicios de emergencia y los cuerpos de seguridad trabajaron de forma ejemplar; los centros de donación de sangre se saturaron; médicos, psicólogos y taxistas se entregaron de forma desinteresada... La palabra solidaridad cobró vida aquel día en Madrid.
Durante las 72 horas posteriores a los atentados los acontecimientos se precipitaron. Primero, la atribución de responsabilidad a ETA por parte del Gobierno, luego las pistas en dirección al terrorismo islamista, los primeros detenidos, el vídeo reivindicativo de Al Qaeda en una papelera, las movilizaciones contra las sedes del PP en plena jornada de reflexión y la cita con las urnas que se resolvió con un vuelco electoral en favor del PSOE.
El epílogo del 11-M se escribió el día 3 de abril. La policía acorraló en un piso de Leganés a siete de los responsables de la masacre, que días antes intentaron volver a sembrar el terror con un atentado fallido contra el AVE. Los islamistas —Allekema Lamari, Sarhane Ben Abdelmaji ’El Tunecino’, Jamal Ahmidan ’El chino’, Abdennabi Koujaa, Asri Rifaat Anouar y los hermanos Mohamed y Rachid Oulad Akcha— se suicidaron detonando los explosivos que guardaban en casa y mataron al GEO Francisco Javier Torronteras, la víctima 192 del 11-M.
FUENTE:EL MUNDO

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